"Claro está que cuando la cosa se complica, ... recurrimos al machete, a la siembra y recolección de plátano, yuca, ñame y coco."
No contamos con industrias ni con minerales del subsuelo, para el resto del país somos una especie de Macondo, sumidos en el anonimato, nada de interés financiero tiene nuestra tierra - menos mal -, por eso el mar es nuestro aliado incondicional, es nuestra más importante forma de subsistencia. La pesca, tradición que heredamos de los primeros habitantes que llegaron de costas cercanas, la seguimos explotando de manera artesanal.
La Rada es uno de los corregimientos que tiene más tradición pesquera, unido a No te Cebes, donde se realiza el festival del Camarón en el mes de septiembre.
En La Rada, las faenas de pesca las comenzamos a diferentes horas del día, dependiendo de la marea, pues cuando baja ingresa gran cantidad de camarón, que es el crustáceo más apetecido, ya que por él nos pagan más en las ciudades de Montería y Cartagena. El Pargo rojo lo buscamos insistentemente, sobre todo en época de turismo, especialmente en Semana Santa, cuando somos visitadados por cientos de hermanos colombianos del interior del país quienes ya tienen propiedades en los alrededores.
En La Rada, las faenas de pesca las comenzamos a diferentes horas del día, dependiendo de la marea, pues cuando baja ingresa gran cantidad de camarón, que es el crustáceo más apetecido, ya que por él nos pagan más en las ciudades de Montería y Cartagena. El Pargo rojo lo buscamos insistentemente, sobre todo en época de turismo, especialmente en Semana Santa, cuando somos visitadados por cientos de hermanos colombianos del interior del país quienes ya tienen propiedades en los alrededores.
En embarcaciones con capacidad para ocho o nueve personas partimos los hombres de mar a buscar el sustento, nos enfrentámos a los barcos vikingos que con sus grandes redes se llevan lo mejor del mar, dejándonos muy poco a los moñiteros. Estos barcos violan constantemente la legislación pesquera, ya que pescan en las zonas prohibidas. Pero aún así, contra viento y marea luchamos por obtener parte del tesoro marino.
Las herramientas de pesca que empleamos son los trasmallos para peces grandes y los "boliches" (trasmallos de ojos más pequeños) que usamos para coger el camarón.
Nos preparamos, especialmente, en los meses de mayo, junio, agosto y octubre, para las largas faenas y muchas veces nos encontramos con un cardumen (abundancia de camarón) que mejora la economía de nuestra zona. Es en esos días cuando dos o tres grupos de pescadores salimos a diario y nos distanciamos a siete o nueve millas de la Costa en busca de peces, camarón y otras especies.
Anteriormente la actividad pesquera de nuestra zona estaba apoyada por la Asociación de Municipios del Caribe - Asomcaribe -, la cual, a base de arduo trabajo y esfuerzos logró organizarnos, nos consiguió varias lanchas (embarcaciones pesqueras) con el gobierno nacional y nos puso a trabajar generando más rentabilidad. Sin embargo, debido a los cambios en la directiva de la asociación, las prioridades variaron y el trabajo pesquero decayó.
Los peces y el camarón capturados en las largas jornadas diarias los almacenamos en los enfriadores de nuestras casas, porque hasta aquí no llegan los grandes compradores. Días después cuando los recursos lo permiten, salimos a comercializarlos a poblaciones cercanas como Montería, Tolú, Coveñas, San Antero, y el que puede hasta Cartagena.

Las dificultades relacionadas con los barcos vikingos y la imposibilidad de pescar en una zona rica especialmente en camarón, como es la desembocadura del río Mangle, ubicado en los límites geográficos de Moñitos y Puerto Escondido, no se convierten en impedimentos definitivos para insistir en la pesca como forma de subsistencia, porque es lo que hemos sabido hacer toda la vida y es lo que nuestros padres nos enseñaron y nosotros continuaremos enseñándole a los hijos, los cuales son la generación de reemplazo. Claro está que cuando el asunto en el mar se pone complicado y las condiciones climáticas son adversas, recurrimos al machete, a la siembra y recolección de plátano, yuca, ñame y coco. Productos que también son parte importante de nuestra economía. De plátano existen unas 1400 hectáreas cultivadas, lo que genera unas 11.200 toneladas al año, las cuales se comercializan en los mercados de Valledupar, Cartagena, Sincelejo y Montería.
El coco es el segundo producto más cultivado. Unas 840 hectáreas están plantadas, generando unas 5.800 toneladas al año. Este producto se comercializa en los mercados de Barranquilla, Cartagena, Sincelejo y Montería. Cultivamos otros productos en menor escala, como son el arroz, el ñame, el maíz y la yuca, en su mayoría de pancoger.Fuente: Boletín Córdoba, Mi tierra de El Meridiano de Córdoba.
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